Todos sabemos que los cambios de aceite regulares son cruciales, pero hay otro aspecto del mantenimiento del coche, a menudo pasado por alto, que es igual de vital: revisar la presión de los neumáticos. Y la única manera de hacerlo correctamente es con un manómetro específico.
Las llantas de su auto son el único punto de contacto con la carretera. Afectan a todo, desde el ahorro de combustible y la maniobrabilidad hasta la seguridad y la durabilidad de las llantas. Si bien muchos autos modernos cuentan con Sistemas de Monitoreo de Presión de Neumáticos (TPMS), estos están diseñados para avisarle solo cuando la presión es críticamente baja; no sustituyen una medición precisa.
Por qué no puedes confiar en conjeturas
Patear las llantas o simplemente mirarlas no es un método preciso. Una llanta puede tener 10 PSI menos de lo normal y aun así verse normal. Ahí es donde entra en juego un medidor específico.
El alto costo de una presión incorrecta
Inflado insuficiente: Esto provoca una flexión excesiva del flanco del neumático, lo que provoca sobrecalentamiento, desgaste prematuro de los bordes exteriores e incluso un reventón. Además, aumenta la resistencia a la rodadura, lo que reduce el consumo de gasolina.
Inflado excesivo: esto reduce la superficie de contacto del neumático con la carretera, lo que genera un desgaste desigual en el centro de la banda de rodadura, una conducción más dura y una peor tracción, especialmente en condiciones húmedas.
Una verificación simple y rápida con un medidor de presión de neumáticos una vez al mes puede ahorrarle dinero en gasolina, evitar reemplazos prematuros y costosos de neumáticos y, lo más importante, mantenerlo a usted y a sus pasajeros seguros.
A continuación: ¡Cómo elegir el calibre adecuado para sus necesidades!







