Paso 1: Encuentra tu presión recomendada
¡Este es el paso más importante! No use el número en el flanco de la llanta. Esa es la presión máxima que soporta, no la recomendada para su vehículo.
Encuentre la presión de neumáticos recomendada por el fabricante (en PSI) en una pegatina ubicada en el marco de la puerta del conductor, dentro de la guantera o en la tapa del depósito de combustible. ¡Suele ser diferente para los neumáticos delanteros y traseros!
Paso 2: Revisar los neumáticos fríos
"Frío" significa que el auto ha estado estacionado por al menos tres horas o ha recorrido menos de una milla. La presión de los neumáticos aumenta a medida que se calientan durante la conducción, lo que da una lectura errónea.
Paso 3: Retire la tapa de la válvula
Desenrosque la pequeña tapa negra de la válvula del neumático y colóquela en algún lugar donde no la pueda perder (como su bolsillo).
Paso 4: Obtenga una lectura
Manómetro digital/de lápiz: Presione el manómetro con firmeza y precisión sobre el vástago de la válvula. Oirá un breve silbido. Manténgalo firme hasta que la lectura en la pantalla se estabilice (digital) o la varilla deje de moverse (lápiz).
Reloj comparador: Presiónelo firmemente sobre el vástago de la válvula. La aguja se elevará y se estabilizará. Asegúrese de mirar directamente al reloj comparador para evitar el error de paralaje.
Paso 5: inflar o desinflar según sea necesario
Si la presión es baja, use un compresor de aire para añadir aire y verifique frecuentemente con el manómetro. Si es demasiado alta, presione suavemente el pasador central dentro del vástago de la válvula con el manómetro o una herramienta para liberar el aire y vuelva a verificar hasta que esté bien.
Paso 6: Vuelva a verificar y reemplace la tapa
Una vez alcanzada la presión correcta, realice una comprobación final. No olvide volver a enroscar bien la tapa de la válvula para evitar la entrada de polvo y humedad.
¡Listo! Un ritual mensual de 5 minutos para una conducción más segura y económica.







